Recibo una carta firmada por 9 residentes en el municipio de Manacor, son 15 folios y quiero leerla con tranquilidad, cuando tenga un par de horas de descanso. Me decido días después a entrar en detalle y hay muchas cosas que coincido, otras no. Quiero trasladar varias observaciones que hacen los protagonistas de la misiva desde el sosiego del verano.

Solicitan al Govern de Balears, Ayuntamiento de Manacor, Consell de Mallorca, Gobierno de España, que cuando quieran poner un servicio de la administración que compren un viejo edificio del centro histórico de Manacor, lo rehabiliten y hagan posible que no se muera una zona que se está degradando de manera imposible de recuperar.

Me recuerdan que han quitado el SOIB del centro de Manacor y lo han llevado a la periferia al final de Baix des Cos. Con lo que pagan de alquiler al mes y los 20 años de contrato, más las reformas que hicieron, en esas dos décadas el edificio sería nuestro para toda la vida. Sin embargo cuando termine el convenio vuelve la propiedad a los actuales caseros del inmueble. El SOIB por ejemplo se hubiese instalado en el edificio del cine Goya u otros casales, y se dinamizaría esa parte del pueblo que cuenta con edificios en ruinas de gran valor y muchas posibilidades.

Piden en definitiva a la administración que no dejen que se pierdan decenas de edificios, que solo el Gobierno puede rehabilitarlos y darles nuevos usos. Ocurre en Palma, Madrid, Valencia, Bilbao, Pontevedra, Logroño, por todo. Habrá nuevas oportunidades como con el SOIB, entonces se debe hacer un pensamiento en serio, me recuerdan en su carta, donde hay otros muchos temas. Deben estar al loro de los concursos y convocatorias de la administración y reflexionar con ellos que el centro se muere y tienen una responsabilidad muy en serio.

En Sa Bassa por ejemplo está degradándose el edificio de Can Serra, abajo hay un restaurante y el resto del inmueble muy tocado. Lo mismo ocurre con el edificio a la derecha del Santander que el tejado está lleno de malas hierbas y no hay canales para las aguas de lluvia, cerrado sus ventanas con tableros (debajo también un restaurante). O el solar al final de la calle Joan Lliteras, vecino del estanco.

Por el centro histórico y artístico varios casales, edificios rodeando la plaza de las Verduras, antiguas tiendas de muebles de gran envergadura, el mencionado Cine Goya, el Jacinto y tantos otros que se pueden terminar cayendo, y mientras se hacen nuevos locales pagando alquiler que nos cuesta más que rehabilitar lo que en otros lugares es el orgullo de la ciudad.