La mayoría de las informaciones que han salido en las redes sociales sobre la reforma del bar Can Lliro de Manacor, situado en la calle Joan Lliteras, tenían su parte de verdad. Las múltiples insinuaciones sobre la licencia ha provocado la revisión de la misma por parte del Ayuntamiento de Manacor y su Delegación de Urbanismo.

Se ha comprobado que la comunicación responsable sobre las obras y la solicitud de los trabajos previstos han sufrido, todo indica, algunas pequeñas alteraciones que deben subsanarse.

Hemos sabido desde la Delegación de Urbanismo que después de la inspección municipal realizada se ha solicitado a los propietarios del bar Can Lliro que presenten un proyecto de legalización de algunas obras y modificaciones que no se ajustan a la comunicación previa a las obras menores.

Se sabe que en muchos proyectos de obras en Manacor se hacen sobre la marcha adecuaciones que no se habían contemplado al principio. Por eso deberán subsanar supuestamente algunas cambios para la licencia definitiva.

Durante muchas semanas sectores del centro derecha de Manacor han evidenciado que la obra menor solicitada por Can Lliro era de mayor dimensión. Hicieron glosas y las mandaron a los domicilios de los vecinos/as. Can Lliro se ha significado como sede de encuentros de la izquierda nacionalista republicana e independentista. De ahí las presiones.