Sus sueldos y extras de escándalo, no son estadistas, son políticos.
Editorial: Mientras unos se juegan la vida con sueldos de miseria hasta que llegue la vacuna del COVID-19 hay otros/as que rivalizan en política y poco más
Llegará el otoño, el invierno, Muchos/as estarán en los cuidados intensivos de los Hospitales y otros en el de los ERTE. Habrán desaparecido un tercio de las empresas, el 25% de los autónomos, el 35% de los comercios.
AGENCIA MANACORNOTICIAS 12/08/2020 - 07:53:37
Han dado el paso los sanitarios, todos los de la primera línea, expertos, ciudadanos/as en general, que ven la deriva de un barco sin rumbo ni patrones/as. Hay evidencias miles de la gravedad en la que nos han metido.

Editorial: Tengo que reconocer que una de mis pasiones es ver amanecer. Lo hago siempre que puedo en todas las estaciones, verano, otoño, invierno y primavera. Cada tres meses hay cambios sustanciales en colores, horarios, tonalidades, dibujos, temperatura, olores. El día se está acortando a pasos agigantados, tanto al salir el sol como cuando se esconde entre las montañas. Se oye algún gallo anunciar el final de la madrugada y algún aullido de perro. A veces se producen peleas de gatos por su territorio y como no las aves se desperezan sobrevolando la ciudad.

Llega la jornada y por las primeras sensaciones sabemos con que energía vamos a contar y si estamos en plena forma para asumir nuestra tareas y existencia. Cada día es un mundo. Una lucha sin descanso. Todos terminamos en la misma puerta, pero el tránsito lo hacemos de forma diferente. Por eso creo en las sociedades del esfuerzo. El fruto de cada día debe tener la compensación que se genera. No se puede uniformar las ganancias si son dispares. Cada uno tiene lo que se merece y ha sudado. Hay excepciones y ventajistas. En un país de pillos es normal. La media general responde a los protocolos óptimos.

Ellos/as deben recordar siempre que cuando llegó el COVID-19 unos se dejaron la vida con sueldos de miseria. Mientras el Congreso, el Senado y los Reinos de Taifas, esperaban a que escampase sin ponernos el paraguas.

También me gusta el atardecer, pero a esas horas he perdido parte de los reflejos. Me inclino por la llegada del sol, estoy con los cinco sentidos, en plena forma. Durante todo el día hay alegrías y sinsabores, eso hace mella, desgaste. Hoy quiero ser especialmente optimista. Los tiempos serán muy agrios y debemos tener la cabeza muy fría para ir asumiendo los cambios que se avecinan. Me cargo de energía y me revisto de intactas ilusiones, porque cuando se cierra una puerta, se abre una ventana o varias. Arriba esos ánimos, ya queda menos.

Me dedico a la información y nunca ocultaré a mis lectores todo lo que sepa. Por muy duro y triste que sea. Encantado de dar noticias positivas, mucho mejor. Los internautas de esta web reciben a diario muchas noticias maravillosas y algún jarro de agua. Es el día a día de la prensa social. Ayer venía desde Rusia el anuncio que hay vacuna, y otros 11 grupos de científicos del planeta desvelaban que ellos también estaban muy cerca de lograrlo, incluso había dos laboratorios al mismo nivel de avance que los rusos. Hay muchas comillas, por mucho que se vacune del virus hasta la propia hija del presidente. Pero me alegra esa comparecencia.

Otra alegría es que la sociedad civil está reaccionando, los científicos, los vecinos en general, los colectivos, las entidades, los residentes de este país en general. Estamos huérfanos de dirección política y es el momento de asumir nuestro destino nosotros mismos. Les avisan desde hace meses, les hacen reflexiones continuas, les previenen del futuro. Todo ineficaz, ellos a lo suyo. Viven en una burbuja de coches oficiales, séquitos a sueldo, estómagos agradecidos. No cambian, no aprenden. No están a la altura. Es hora de pasar a la acción. Muchos y muchas lo están haciendo.

Han dado el paso los sanitarios, todos los de la primera línea, expertos, ciudadanos/as en general, que ven la deriva de un barco sin rumbo ni patrones/as. Hay evidencias miles de la gravedad en la que nos han metido. Nada, no responden. Faltan rastreadores (hasta el más tonto lo ve), no se hacen pruebas ni controles en los lugares sensibles. Los contagios se multiplican por 10 con respecto a otras naciones, han dejado la atención primaria abandonada. Vamos de cabeza al acantilado, al vacío. No cuentan ni muertos ni infectados. Pero están ahí, no se pueden esconder debajo de la cama.

Llegará el otoño, el invierno, Muchos/as estarán en los cuidados intensivos de los Hospitales y otros en el de los ERTE. Habrán desaparecido un tercio de las empresas, el 25% de los autónomos, el 35% de los comercios. Será dantesco. Una cuesta arriba muy difícil. Habrá selección humana. Muchos nunca se recuperarán. Los supervivientes serán más fuertes. Ellos/as deben recordar siempre que cuando llegó el COVID-19 unos se dejaron la vida con sueldos de miseria. Mientras el Congreso, el Senado y los Reinos de Taifas, esperaban a que escampase sin ponernos el paraguas. Sus sueldos y extras de escándalo, no son estadistas, son políticos. Rafael Gabaldón San Miguel.

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