Los residentes de pleno derecho y censados de la calle Navegantes de Porto Cristo, se niegan a que les expropien sus propiedades, que con tanto sudor han comprado después de muchos años de trabajo, y desalojan a unos OKUPAS que con toda la cara del mundo se instalaron en un inmueble de la popular vía portocristeña.

La gracia no tiene nombre. Ayer noche un vecino de la calle Navegantes encontró en su domicilio a unos OKUPAS. El ciudadano explicó a los usurpadores que esa era su vivienda y que ellos carecían de contrato alguno, ni nada que se le pareciese. Como no entraban en razones llamó a la Policía (autoridad competente en estos casos). Llegaron agentes de la Nacional y de la Municipal, alegaron que nada podían hacer al respecto.

Indignados, rabiosos e impotentes entraron en su casa y desde ella con los OKUPAS dentro llamaron a unos amigos para invitarles a su morada, y allí acudieron a la llamada y se instalaron también en el domicilio. Eran tantos que no había sitio para más ocupantes y decidieron que si alguno tenía que irse eran los desconocidos, por eso procedieron a su desalojo.

Los OKUPAS ni cortos ni perezosos han denunciado a la cuadrilla que los desalojó, porque ellos tan solo entrando habían adquirido todos los derechos del inmueble y es el propietario quién tiene que pagar la luz, hipoteca, agua, basura, IBI, y los destrozos después de la okupación. Están denunciados, pero a su casa no entra nadie que no sea invitado y si hay que ir a la cárcel irán. Faltaría. Es realismo puro y duro, que nadie se lo tome a broma, ha ocurrido en Porto Cristo hace muy pocas horas.